Un mercader árabe desea repartir sus diecisiete camellos entre sus tres hijos. Como las necesidades de cada uno de ellos son diferentes, decide darle al primero la mitad de los camellos, al segundo le ofrece un tercio, en tanto al último propone entregarle la novena parte. Pero sabe que es imposible dividir los camellos de esta manera.
Preocupado, el mercader, le relata su problema a un viejo sabio que suele deambular acompañado por su único camello.
- No te preocupes, le contesta el solitario anciano. Deseo la compañía de mi camello pero tómalo prestado, porque con él podrás resolver el problema. Luego me lo devolverás. Fue de esta forma que nuestro mercader le dio al primero de sus hijos 9 camellos, al segundo le entregó 6, en tanto el último obtuvo 2.
¿Cómo hizo el mercader los cálculos si 17 no se puede dividir de manera exacta ni por 2, ni por 3, ni por 9?
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